Los psicólogos generalmente apoyan una crianza amable. Destacan sus beneficios para el desarrollo emocional. Se alinea con la investigación sobre el desarrollo infantil y la importancia de fomentar un enfoque compasivo en la crianza de los hijos.
La crianza positiva y la crianza amable comparten muchas similitudes. Incluye aspectos como centrarse en el respeto, la empatía y el refuerzo positivo. Sin embargo, una crianza amable pone mayor énfasis en comprender las emociones y necesidades del niño.
En una crianza amable, las consecuencias son lógicas o naturales. Las consecuencias naturales son el resultado directo de las acciones del niño, mientras que las consecuencias lógicas son implementadas por los padres.
Otro nombre para la crianza gentil es “crianza respetuosa”, que resalta el énfasis en tratar a los niños con respeto y comprensión.
Algunos críticos sostienen que una crianza amable puede llevar mucho tiempo y ser difícil de implementar. Quienes favorecen enfoques más tradicionales también pueden percibirlo como demasiado indulgente o carente de disciplina.
Algunas personas creen que son necesarios métodos más estrictos y tradicionales para mantener el control y garantizar la obediencia. Este desacuerdo a menudo surge de diferentes creencias sobre la disciplina.
Generalmente se considera que el estilo de crianza más ineficaz es el negligente o no involucrado. Cuando los padres no están comprometidos y brindan poca orientación o atención a sus hijos, esto puede causar ciertos problemas de conducta.
Las críticas a la crianza gentil incluyen preocupaciones de que no proporcionen suficiente estructura o disciplina. Es más, algunos creen que esto conduce a niños mimados o indisciplinados.