Los adolescentes están calificación por pertenecer y ser aceptados. Instagram, Tik Tok Y por lo tanto, las aplicaciones de redes sociales como Snapchat ofrecen gratificación inmediata en forma de “Me gusta” y comentarios.
Esta validación social evoca la sensación de valor en la interacción en internet. Y, como consecuencia, conduce a la revisión y publicación compulsiva, lo que resulta en adicción a las pantallas.
Los videojuegos, especialmente aquellos con recompensas, activan el sistema de dopamina del cerebro, produciendo sentimientos de placer y anticipación.
Este “subidón” neurológico es lo que mantiene a los adolescentes adictos, mientras buscan la siguiente recompensa, lo que convierte a los videojuegos en uno de los mayores contribuyentes a la adicción a las pantallas.
Para lograr la máxima participación, las empresas tecnológicas utilizan algoritmos de alta tecnología que atienden las preferencias personales y mantienen a los adolescentes navegando.
Opciones como el desplazamiento infinito, la reproducción automática de vídeos y las sugerencias personales hacen que sea difícil resistirse a ellas, lo que contribuye directamente a la adicción a la pantalla.
Las pantallas proporcionan un alivio a las presiones del mundo, como el estrés escolar, la ansiedad social o los problemas familiares.
Sin embargo, cuando se abusa del uso de las pantallas, los adolescentes pueden terminar volviéndose adictos a ellas como medio para superar sus problemas.
La adicción a las pantallas puede afectar a niños y adolescentes de cualquier edad. Sin embargo, parece que los primeros años de la adolescencia (generalmente de 10 a 14 años) son los que corren mayor riesgo de desarrollar esta adicción. Esta es la etapa en la que el cerebro es más vulnerable. Es cuando los adolescentes luchan por encontrarse a sí mismos y cuando son vulnerables a las emociones que les atraen los contenidos digitales. Su función ejecutiva, que influye en el control de impulsos y la toma de decisiones, normalmente no está madura. Como resultado, no pueden controlar eficazmente el uso compulsivo de las pantallas.
Sin embargo, las investigaciones también sugieren que la adicción a los videojuegos podría alcanzar su máximo riesgo entre los 15 y los 25 años debido al mayor acceso a las pantallas. Los niños menores de 10 años que pasan más de dos horas frente a una pantalla también muestran una mayor predisposición a la adicción.
Pero, en general, aunque todos los grupos de edad están expuestos a riesgos, varios factores se combinan para hacer de los primeros adolescentes el grupo más vulnerable a la adicción a las pruebas de detección.
La adicción a las pantallas en menores tiene consecuencias de gran alcance, que pueden afectar enormemente su desarrollo, salud y bienestar. Estos efectos pueden ser especialmente perjudiciales considerando que los niños y adolescentes se encuentran en una etapa de desarrollo de riesgo.
Lo que sigue es un relato de los efectos tanto a corto como a largo plazo.
Efectos a corto plazo
Efectos a largo plazo
Es fundamental detectar estos riesgos a tiempo y abordarlos a tiempo para proteger la salud y el desarrollo futuro del niño.
Para detener el ciclo de adicción a las pantallas, es importante tener una calificación consciente y sostenible que logre el equilibrio entre estructura y comprensión.
Las siguientes son reglas calificación que los padres pueden aplicar.
Junto con esto, las herramientas de bienestar digital y aplicaciones de control parental También puede ser fundamental para ayudar a las familias con problemas de adicción a las pantallas.
FlashGet Kids es una de esas opciones efectivas, que ofrece un conjunto integral de funciones dirigidas a las necesidades de los niños.
Sus funcionalidades ayuda a prevenir la adicción a la pantalla de las siguientes maneras.
Mediante el uso de herramientas inteligentes como FlashGet KidsLos padres podrán ayuda a sus hijos a establecer mejores relaciones con la tecnología.
La adicción a las pantallas es un problema de salud contemporáneo propio de la era digital, pero no es imposible de abordar. Al ser más conscientes, tener conversaciones abiertas y establecer límites efectivos, las familias pueden ayudar a los adolescentes a liberarse de las ataduras de la adicción a las pantallas.
Los padres también desempeñan un papel crucial a la hora de ayuda a sus hijos a desarrollar un uso consciente de la tecnología. Esto se hace para que las pantallas se conviertan en herramientas positivas para su desarrollo. Con hábitos digitales equilibrados, las familias pueden superar fácilmente esta nueva frontera de la adicción a las pantallas y dotar a sus hijos de las herramientas necesarias para alcanzar el éxito.
No hay una cantidad fija. Sin embargo, pasar más de 4 a 6 horas diarias de tiempo no esencial frente a una pantalla, especialmente si interrumpe el sueño, la escuela o la vida social, es un posible signo de adicción a las pantallas. Esto ocurre especialmente cuando un niño se irrita al no poder usar la pantalla.
Sí, existen herramientas como FlashGet Kids que pueden ayudar a los padres a gestionar el tiempo de pantalla. Ofrece soluciones integrales, como el tiempo de pantalla y... duplicación de pantalla para rastrear el uso del dispositivo y desarrollar hábitos más seguros en los niños.
Cuando el tiempo que pasamos frente a una pantalla supera las 2 o 3 horas diarias, podría ser excesivo. Si el tiempo frente a la pantalla reemplaza la actividad física, el sueño o el tiempo social, es hora de reevaluar nuestros patrones de uso.
No siempre. La confiscación de un teléfono puede resultar en desafío u ocultación. En cambio, la reducción gradual, la conversación directa y el control parental son más apropiados para introducir hábitos saludables y entrenar el autocontrol.